Esta semana os traigo un
tema que a mí me parece muy importante, la lectura con niños.
Independientemente si tienes hijos, sobrinos, primos o conocidos en edades
tiernas de aprendizaje o no, siempre hay un niño deseando entrar en este mundo
mágico de la lectura.
Empecé creando
unas líneas pero vi que el tema se podía hacer extenso. Así que, para no
aburrir mucho lo he dividido en dos partes, espero que os guste, os haga pensar
u os sirva.
Una de las
cosas cotidianas que más aprecio, es la hora del cuento con los niños. Es como
un ritual. Leer con mis hijos es una maravillosa experiencia que se va
volviendo un poco más adictivo cada día. Sentados en el sofá agarramos la
mantita (aunque sea en Agosto) y bien tapados empezamos con la lectura. El
mayor se sienta a la izquierda, el
pequeño a la derecha, y yo, en medio de ambos con el libro, bien pegados. La
hora, es un poco como mejor nos venga, para estas cosas no hay nada escrito,
mínimo unos veinte minutos.
Con el libro
ya abierto, empezamos el viaje, hacia cualquier lugar. Hay algo hermoso en ese
instante, un día vamos en tren, al siguiente en plena selva viendo leones… me
parece que abrir esa puerta hacia el reino fantasía es un regalo para el
futuro. Tan importante me parece, visualizar, ver aquello que se está contando,
porque, son cosas que con el tiempo se van perdiendo, esa capacidad para poder
crear de la nada todo un mundo nuevo.
Recuerdo que
en mi infancia estaba (y sigo) muy en las nubes. Ya podía estar hablando con
alguien que como me viniese una idea, una imagen, el poder de desconexión era
brutal… pero no podía evitarlo. Visualizar, imaginar, ayuda mucho con las
situaciones que nos acontecen a diario, puedes dar varias soluciones antes de
que las cosas ocurran. La creatividad es una de las habilidades más importantes
para aprender a resolver conflictos y la lectura ¡la despierta!
Me fascina leer, desde
siempre y, cuando llegó el momento de tener hijos, tenía muy claro que debía
fomentar la lectura con ellos. Entonces desde bien pequeños empecé con la
estrategia del interés…
Como los niños
aprenden por imitación, me sentaba al lado de ellos con un libro, y ponía caras
de alegría, o me reía. De alguna manera hacía que su atención se desviara hacia
lo que yo estaba haciendo. Enseguida, vi la reacción.
Es muy
importante descubrir que para los niños lo más importante no es “la información
hablada” sino que los niños aprenden de las acciones de los mayores. El cómo
se hace, ahí está la clave.
Hoy en día
sigo leyendo, aunque ahora me voy centrando en otro tipo de lecturas. Ahora
opto por historias cortas, de relatos,
me aportan más sentimiento y me dejan con esas ganas del final previsto o
imprevisto del que quizás, habría escogido otro yo, por qué no. Para los míos,
tengo clásicos de colecciones de Teo (de toda la vida), otros en euskera
(Txomin) para que vayan haciendo oído y
los libros de toda la vida, esos que no nos falten.
Tengo uno que
me han prestado hace poco para leer con el bebé Adivina cuánto te quiero,
si no lo habéis leído, os lo recomiendo. Os daréis más besos y achuchones casi
que lectura, eso sí… del conejito que aparece no se olvidarán. Mi pequeño lo llama el cuento del beso. Es delicioso.
Quería dejar aquí escrito algo de
cosecha propia. El cuento original que lleva este título ya está escrito. Pero
el título me encantaba, por ello creamos uno nuevo, para darle nuestro toque en
casa, espero que os guste el resultado…😋
EL CABALLITO DE SIETE
COLORES (PRIMERA PARTE)
Erase una vez un pequeñín que
jugaba alegremente con su pelota en el parque. Le encantaba darle con el pié todo lo fuerte que podía y se quedaba
mirando hasta dónde era capaz de llegar. Imaginaba, cómo aquella pelota subía y subía hasta
tocar las estrellas. Era su balón espacial, había ido y vuelto a la luna
muchísimas veces.
Pero cuando nuevamente iba a
chutar bien fuerte, la pelota salió disparada en dirección contraria y se
perdió entre los arbustos. Rápido y decidido corrió en su busca. Tenía un poco
de miedo porque en ese lado del parque no había estado nunca sin su mamá y
pensó que si le veía ahí metido quizás se llevase una buena regañina.
Fue entonces cuando la vio. Estiró
todo lo que pudo sus manitas, pero no la alcanzaba. Por ese lado no iba a poder
cogerla y se puso a pensar cómo llegar hasta ella. Unos segundos más tarde, se
acordó de que había visto otro camino y se dirigió hacia él.
Cuando el sendero se terminó,
allí estaba su pelota, en medio de la campa. Se agachó para recogerla, pero, sus ojos se quedaron clavados en algo espectacular…. (continuará)
He ido a hablar con librerías. Tengo pendiente poner la fecha para el lugar de presentación en cuanto me lo den físicamente. Falta, hablar con la radio local y pulir detalles. Me espera un mes de Abril de locura, pero estoy encantada. Tengo un poco de miedo, pero es miedo del bueno, del que sé que va a salir bien. 😊
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