lunes, 30 de diciembre de 2019

MI RITUAL DE FIN DE AÑO

  TERAPIA DEL ACANTILADO 


Llegamos a los últimos días de este 2019, el tiempo ya se escurre entre los dedos y las miras están puestas en el momento actual en los recuerdos de este año y todo lo que se avecina.
A mí me gusta despedir el año con un pequeño ritual al que cariñosamente llamo "Terapia del acantilado". Hoy lo hice con mis hijos y mi marido y estoy segura que en estos días que faltan volveré a repetirlo con mi madre y hermana o amigas. 


El método es bien simple pero requiere de una reflexión el día anterior y una intención poderosa en el momento en el que se realiza. Para todos los lectores de mi primer libro El sí del Alma, un relato del libro lo dedico a este momento de forma algo más extensa.
Voy a ir al grano, para no enredar algo que es tan simple.
Este ritual se basa en pensar en aquella/s situaciones, personas o cosas propias tuyas de las que te quieres deshacer, suprimir o literalmente tirar acantilado abajo. Puedes pensar en varias opciones pero hacerlo con sentido, tiene que ser algo que realmente te moleste en tu vida y le quieras dar el pase de fin de visita.
Suelo ir al acantilado que está en lo más alto de donde vivo, Castro Urdiales. Imagínate el marco; el cantábrico de fondo con el frío de diciembre. Vas caminando y eliges una piedra. Pero claro, no una piedra cualquiera, ¡no!, tiene que ser un buen pedrusco. Uno que cuando lo mires pienses... está no sale del fondo del mar jamás de los jamases.
Saco del bolsillo el rotulador permanente y sentencio con ganas escribiendo lo que quiero que se marche.
Pongo la intención de que eso que está escrito ya ha salido de mi vida. Entonces me acerco al borde del acantilado. Vuelvo a comprobar que efectivamente no hay ningún espontáneo pescando debajo para no cometer ningún delito y agarro mi piedra. Entonces antes del último paso me detengo unos segundos. Cojo aire y grito con todas mis fuerzas : ¡FUERAAAAAAA! Mientras la lanzo al vacío.
Te liberas, te envalentonas, sientes más espacio. Yo personalmente, me siento más viva.
Si vas acompañado haz que alguien te lo grabe. Pero no lo tengas en el sentido de mostrarlo sino guardarlo para ti. Durante el año, a veces tendrás recaídas y esa situación o persona volverá a rondar por tu cabeza, ponte entonces el vídeo. Vale para eso.
Tus imágenes te recuerdan que lo que te crea esa situación ya está fuera de tu vida y que está en las profundidades del océano y no contigo. Ya verás cómo al venir todo eso de ti, las creerás y te sentirás bien.
Es un compromiso contigo mism@. Es decir, no solo es escribir en 

una piedra y ya. Las cosas no funcionan así. Hay que ponerle la intención y acompañarlo siempre con una acción que será lo que determine si realmente quieres sacarlo de tu vida. La piedra es algo simbólico, es un primer paso hacia la acción
Unos pequeños consejos:
-  Elige la mejor hora: Si eres más tímid@ o es tu primera vez hazlo en una hora en la que no haya mucha gente. Yo lo hice hoy a media mañana y la gente te mira raro. Pero ya me da un poco igual.
- Mejor si vas con alguien. Comparte este momento tan personal con alguien de confianza. Alguien que, aunque no lo haga, te apoye y esté ahí contigo. Empecé haciendo este ritual con mi madre y ahora mis hijos también hacen los suyos propios.
-Cree en ello: Creer es lo que hará que todo funcione.

Este es mi ritual, me encantaría saber cómo es el tuyo. ¿Me lo cuentas?
Gracias por escuchar, te deseo lo mejor.
Feliz 2020.



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